En el camino a la Libertad

Entradas etiquetadas como ‘vivir’

En Positivo

 

Hoy más que nunca las palabras tienen una gran importancia. Es por ello que debemos acostumbrarnos a hablar en positivo. De esta manera estamos quitando la negatividad de nuestros pensamientos y de nuestro ambiente.

Las palabras positivas nos hacen centrarnos en lo que sí es posible, en sentirnos bien, en una actitud. Las negativas, justo al contrario, nos dicen lo que no podemos, nos hacen sentirnos mal y generan malestar en nuestro entorno. No se trata de evitar el lado menos bueno de la vida, sino de minimizar sus efectos negativos.

Existe un sencillo truco de psicología inversa muy utilizado por políticos y publicistas. Consiste en anteponer la palabra NO a lo que en realidad son frases afirmativas. La demostración empírica más sencilla es cuando alguien te dice “no pienses en esto” y automáticamente es lo único en lo que piensas durante un buen rato.

La palabra NO no existe en nuestro subconsciente, pero sí nos provoca una reacción consciente e involuntaria. Nos lleva a adoptar una determinada actitud. Por otro lado nos crea una necesidad de desbloquear de nuestro subconsciente aquello que sigue a la palabra NO. En otro tiempo llamado tentación o anhelo por lo prohibido, esa extraña sensación podría ser precisamente de Libertad.

Por ejemplo, nos sucede con las dietas o los malos hábitos. Conscientemente nos creamos una etiqueta y nos martirizamos a cada ocasión. Así justificamos la sensación de falta de libertad, sintiéndonos identificados con otros que tienen el mismo problema. Decimos “es que estoy a dieta”, “soy ex-fumador”, “soy enfermo de”, etc. Empezamos a vivir como se supone que viven esas personas, eligiendo un camino prediseñado. Pero ¿es eso lo que realmente queremos en nuestras vidas? NO.

Por eso es muy importante pensar antes de hablar. En lugar de decir lo que no podemos o no queremos, le damos la vuelta y decimos lo que sí. Ejemplos: “No quiero tener problemas” es lo mismo que “Quiero que me salga todo perfecto”. “No puedo comer grasa” es lo mismo que “Como sano y bien”. “No me gusta el barullo de gente” es lo mismo que “Me gustan los sitios tranquilos”.

Cambiar el chip, sentirte bien con lo que te gusta y hacérselo saber a los demás. Céntrate en lo que sí puedes, analiza lo que no y déjate tranquilo. Acuérdate de sonreír, de elegir el camino con el que mejor te sientas, de ver el lado positivo de la vida. Y si puedes, echa una mano. Ayuda a otros a mirar más allá de sus problemas. Vivirás mejor.

Vive Tus Sueños

 

¿Cuál es tu auténtica vocación? ¿Cómo soñaste que sería tu futuro? ¿Qué quisiste ser de mayor? No lo pienses desde un punto de vista adulto, sino con el corazón de un sueño infantil.

De niña, siempre me había gustado escribir. Mi primer cuento lo escribí con 6 años y recuerdo que mi pobre profesora lo rompió desesperada, porque era demasiado extenso y me llevó todo el día terminarlo. En ese momento, entendí que mi vocación de escritora no me llevaría lejos. Aún así seguí escribiendo más cuentos y poesías que escuchaba. A los 9 años me enamoré locamente de Gustavo Adolfo Bécquer y antes de iniciar el instituto, ya me había recorrido media España a lomos de Rocinante. Nunca dejé de escribir. Los desamores inspiraban versos adolescentes tildados de irreverencias. Quizá algún día aparezcan por aquí publicados. En brazos de la vida, las palabras se derramaban por la tinta del bolígrafo, mi fiel compañero. Pero la vida “no estaba hecha para los soñadores” y mi carácter ordenado me llevó a un mundo en el que absolutamente todo tiene un coste y un valor. Soy Administrativa Financiera y cada día entiendo menos el mundo en el que me formé.

De niña solía imaginarme escribiendo durante horas, en un parque, rodeada de árboles. Soñaba que algún día escribiría un libro que hiciera feliz a la gente. Soñaba… Hasta que un día recibí un mensaje de una buena amiga, que me cambiaría para siempre: “No sueñes con tu vida, vive tus sueños”.

La vida me fue abriendo otras puertas y un buen día desperté. No más estrés, no más relajantes, no más. Decidí respetarme como ser humano. Decidí hacer mis sueños realidad. Descubrí un medio donde poder escribir libremente, los blogs, las redes sociales… Sin preocuparme de nada más que de ser yo misma. Sin importarme ningún contrato con editoriales, ni el número de copias vendidas, ni las ganancias obtenidas o el capital invertido… Nada de cifras, sólo letras.

Recientemente he descubierto una agradable sorpresa, las estadísticas del blog. Jamás imaginé que estos humildes escritos, exprimidos de mis desvariados pensamientos, tuviesen algún sentido para nadie más. Se me cayeron las lágrimas cuando vi que más de 5.500 almas se habían asomado a mi ventana en apenas 8 meses. Es sólo una cifra que representa una intención, el ánimo de dar lo mejor de mí sin condición alguna, de forma libre para tod@s.

En cierta manera, estoy cumpliendo mi sueño. Yo sólo quería escribir para hacer un mundo mejor. Lo mismo para tod@s. Más allá de ganar dinero con un trabajo, está la vocación de las personas. Tus sueños, lo que de verdad te llena. Quizá no llegues a ser futbolista profesional, pero seguro que disfrutas jugando al fútbol. Quizá no llegues al ballet clásico de Moscú, pero seguro que disfrutas bailando, aunque sea en una academia. No importa a dónde te lleven tus sueños, son tuyos y solo tú puedes hacerlos realidad.

Gracias a tod@s los que hacéis mi sueño posible. Gracias a tod@s los que me dais ejemplo cada día. Gracias especialmente a Aurora por mandarme aquel mensaje y a Guille por animarme a hacer de mi Utopía una “realidad”.

La Fórmula de la Felicidad

 

Vivir = Amor + Aprendizaje + Equilibrio = Felicidad

 

Ama todo aquello que compone tu vida,

Aprende de todo cuanto te rodea,

Encuentra el equilibrio en tu interior

Y hallarás la  F E L I C I D A D   😀