En el camino a la Libertad

Armonía Global

Empiezo a observar y pongo mis cinco sentidos en buscar al pensador. He tomado consciencia de mi cuerpo y ya soy capaz de sentir, desde la tela de los calcetines en mi piel, hasta cada una de las vértebras de mi columna vertebral. Voy dando mis primeros pasos. La vida me da la oportunidad de volver donde me perdí. No lo termino de entender, pero no voy a oponer resistencia, me dejaré llevar.

Creo que empiezo a observar la armonía global en la humanidad. En ocasiones formamos una masa de energía, un movimiento, un todo común. Es difícil de explicar. Por ejemplo, en el concierto del viernes pasado. Cantábamos a una sóla voz, bailábamos a un sólo compás, todos expresábamos un mismo sentimiento. Éramos una masa humana, dándolo todo por nuestros ídolos que se fundían con nosotros desde el escenario. En un local tan pequeño, daba la impresión de que tu alma estaba volando por todas partes, fomas partes de todo aquello, del todo, de la masa.

Se observa también en el metro, en la calle, en el taichi, en el deporte de equipo, en las gradas de un campo de fútbol o en un bar frente a un televisor. Esa empatía innata que nos une en determinadas situaciones, más aún cuando compartes las mismas emociones con otros humanos. Incluso algunos animales y si lo apuras, las plantas. La astemia estacional es un claro ejemplo. Ahora termina el invierno y todo torna color primavera, hasta nuestras esperanzas, es la energía global.

Es difícil de explicar y comprender, pero muy curioso de observar. Siento que me quito un peso de encima, una responsabilidad que recae sobre el pensador y no sobre mí.

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