En el camino a la Libertad

Entradas etiquetadas como ‘finanzas’

Amanece, Amanece

Amanecer como el Sol, como los pájaros y las plantas es un auténtico lujo. En la medida de lo posible, cada día presto atención a este mágico momento.

De la más completa oscuridad, surge un reflejo azul intenso en los cristales de la ventana. En el más absoluto silencio, se eleva un murmullo procedente quizá de los aparatos eléctricos.

Respiro conscientemente, mientras los pensamientos atraviesan mi cabeza, intento no hacerles caso. Cierro los ojos y respiro, sin interceder, sólo observo la respiración. Sin darme cuenta, han desaparecido los pensamientos y siento como si mi cuerpo estuviese dormido. Oigo el canto de los pájaros, mientras intuyo que está amaneciendo. Una sensación de calor nace en las palmas de mis manos y se eleva, abrazando cada molécula de mi cuerpo.

Lentamente desciende el volumen de la melodía de los pájaros y con él van desapareciendo las sensaciones. Queda una especie de hormigueo que me hace sentir ligera y pesada a un tiempo. Despacito se despierta cada parte de mi cuerpo, primero los pies, la cara, la espalda y el resto. Lo último que se mueven son las manos, aún calientes. Antes de abrir los ojos, respiro conscientemente y pienso en la luz que encontraré al abrirlos. Al tiempo que lo visualizo en mi mente, abro los ojos con una sonrisa. Ha nacido un nuevo día.

No me espera, el sol sigue su rutina y los pájaros ya están en sus quehaceres. La vida en movimiento me motiva para poner en marcha mi propia vida. Ya desperté hace horas, al menos eso creía. Ahora sí me siento despierta y llena de energía. Dispuesta a darlo todo en este maravilloso nuevo día.

¡Feliz Día Nuevo!

Un Mundo Mejor

El mundo necesita nuevas empresas, nuevas personas, con nuevos objetivos más allá de ganar dinero y amasar enormes fortunas. El consumismo ha sido lo que nos ha llevado a la situación actual. Impulsados por la oferta y la demanda, todos hemos contribuido a este desastre. Ahora es el momento de cambiar.

Si el objetivo anterior era el de poseer cuantas más cosas mejor, el actual es crear un mundo mejor. La necesidad anterior era adquirir productos para mejorar la calidad de vida y de ahí se pasó a acumular productos y a convertir el dinero en un producto. El dinero es un medio, no un producto.

Un montón de dinero no sirve para nada si no cumple con una función secundaria. El depositar dinero en un banco sirve para que el banco lo preste a otras personas. Ha quedado claro que el intermediario que elegimos no era el más apropiado. La banca nos ha traicionado a prestadores y prestatarios. Es necesario concienciarnos de que este Diógenes monetario nos lleva a la destrucción y, como cualquier otro síndrome, es necesario empezar a tratarlo ya.

Para mí, vivir mejor es vivir tranquilo, es sentirte vivo, es estar feliz y en paz contigo mismo y con lo que te rodea. Todos tenemos una idea aproximada de lo que es un mundo mejor. Es necesario pensar qué podemos hacer cada uno y actuar en consecuencia.

Cuando realizas una actividad con la que te sientes bien, no importa el tiempo que le dediques, porque te sientes feliz y en paz. Por el contrario, cuando realizas una actividad con la que te sientes mal, el hecho de invertir 8 horas al día, te hace sentir esclavo. Yo siempre he dicho que tener empresa propia es muy esclavizante, ahora entiendo que sólo lo será si no te gusta lo que haces.

Un mundo mejor, construido por personas mejores, con mejores intenciones. Una nueva conciencia está despertando en la humanidad, es el fin del mundo conocido y el inicio de un mundo mejor para tod@s.

Vive Tus Sueños

 

¿Cuál es tu auténtica vocación? ¿Cómo soñaste que sería tu futuro? ¿Qué quisiste ser de mayor? No lo pienses desde un punto de vista adulto, sino con el corazón de un sueño infantil.

De niña, siempre me había gustado escribir. Mi primer cuento lo escribí con 6 años y recuerdo que mi pobre profesora lo rompió desesperada, porque era demasiado extenso y me llevó todo el día terminarlo. En ese momento, entendí que mi vocación de escritora no me llevaría lejos. Aún así seguí escribiendo más cuentos y poesías que escuchaba. A los 9 años me enamoré locamente de Gustavo Adolfo Bécquer y antes de iniciar el instituto, ya me había recorrido media España a lomos de Rocinante. Nunca dejé de escribir. Los desamores inspiraban versos adolescentes tildados de irreverencias. Quizá algún día aparezcan por aquí publicados. En brazos de la vida, las palabras se derramaban por la tinta del bolígrafo, mi fiel compañero. Pero la vida “no estaba hecha para los soñadores” y mi carácter ordenado me llevó a un mundo en el que absolutamente todo tiene un coste y un valor. Soy Administrativa Financiera y cada día entiendo menos el mundo en el que me formé.

De niña solía imaginarme escribiendo durante horas, en un parque, rodeada de árboles. Soñaba que algún día escribiría un libro que hiciera feliz a la gente. Soñaba… Hasta que un día recibí un mensaje de una buena amiga, que me cambiaría para siempre: “No sueñes con tu vida, vive tus sueños”.

La vida me fue abriendo otras puertas y un buen día desperté. No más estrés, no más relajantes, no más. Decidí respetarme como ser humano. Decidí hacer mis sueños realidad. Descubrí un medio donde poder escribir libremente, los blogs, las redes sociales… Sin preocuparme de nada más que de ser yo misma. Sin importarme ningún contrato con editoriales, ni el número de copias vendidas, ni las ganancias obtenidas o el capital invertido… Nada de cifras, sólo letras.

Recientemente he descubierto una agradable sorpresa, las estadísticas del blog. Jamás imaginé que estos humildes escritos, exprimidos de mis desvariados pensamientos, tuviesen algún sentido para nadie más. Se me cayeron las lágrimas cuando vi que más de 5.500 almas se habían asomado a mi ventana en apenas 8 meses. Es sólo una cifra que representa una intención, el ánimo de dar lo mejor de mí sin condición alguna, de forma libre para tod@s.

En cierta manera, estoy cumpliendo mi sueño. Yo sólo quería escribir para hacer un mundo mejor. Lo mismo para tod@s. Más allá de ganar dinero con un trabajo, está la vocación de las personas. Tus sueños, lo que de verdad te llena. Quizá no llegues a ser futbolista profesional, pero seguro que disfrutas jugando al fútbol. Quizá no llegues al ballet clásico de Moscú, pero seguro que disfrutas bailando, aunque sea en una academia. No importa a dónde te lleven tus sueños, son tuyos y solo tú puedes hacerlos realidad.

Gracias a tod@s los que hacéis mi sueño posible. Gracias a tod@s los que me dais ejemplo cada día. Gracias especialmente a Aurora por mandarme aquel mensaje y a Guille por animarme a hacer de mi Utopía una “realidad”.

DESEOS DE CORAZÓN

Cuando deseas algo de corazón, el simple hecho de pensar en ello te hace feliz. Esa felicidad es pura energía positiva, la más potente del mundo, es amor. En un reflejo subconsciente te estás amando interiormente, te estás haciendo un regalo y estás siendo consciente de que te lo mereces.

Cuando hay dudas es porque tendemos a pensar que no lo merecemos, que la vida no puede ser tan maravillosa como imaginamos y estamos equivocados. Los esfuerzos no son tales cuando el objetivo merece la pena. La vida no está pensada para sufrir ni sacrificarnos constantemente. El sacrificio nos pone en posición de no ser merecedores, de tener que dar algo a cambio. Esto implica que nuestro amor no es suficiente, que no amamos tanto como creemos aquello por lo que  estamos sufriendo. Cuando algo suponga un sacrificio, debemos pensar si ese algo nos hace felices de verdad o es una obligación autoimpuesta.

Cuando amas algo de verdad, no sufres, no importa el tiempo que le dediques o lo que implique en tu vida. En ese momento de felicidad no existe nada más, no hay mayor recompensa, por lo que no hay esfuerzo alguno. Si nos sintiésemos siempre así, habríamos llegado al punto más alto de la evolución humana.

Somos perfect@s, tod@s, en nuesto interior.

El día que aceptemos este hecho,

no encontraremos la imperfección en nada,

pues cuanto te rodea es tan perfecto como tú alcances a entender.

Odio

El odio no existe, es un reflejo del miedo a lo desconocido. El miedo es sólo la inseguridad de uno mismo, la vulnerabilidad, el deseo de conocer. Lo desconocido es sencillamente aquello sobre lo que no tenemos experiencia. A veces hemos tenido una mala experiencia y sentimos odio hacia aquello que lo propició, bien un lugar, unas personas. Subconscientemente generalizamos ese odio a todo aquello que se asimila a nuestra mala experiencia.

Si analizamos subconscientemente esa experiencia, observaremos que lo que hemos aprendido no nos ha servido para nada y los conocimientos obtenidos son inútiles. Nos frustramos y no queremos repetir la misma experiencia. Por otra parte, la experiencia no nos ha aportado conocimientos útiles, por lo que no hemos aprendido nada. Esto nos lleva a mantener despierto el deseo de aprender sobre esa experiencia, que aún es desconocida para nosotros. El mal aprendizaje nos hace estar inseguros de si seremos capaces de llegar a conocerlo. Además nos sentimos vulnerables especialmente porque la experiencia ya nos ha causado daño anteriormente. De todo este cúmulo de razonamientos de nuestro subconsciente, podemos deducir que la mala experiencia nos provoca miedo y odio.

Si analizamos conscientemente esta ecuación, veremos que tiene un terrible fallo de cálculo: es imposible que se repita la misma experiencia. Aunque interactuasen las mismas personas, en el mismo lugar, bajo las mismas circunstancias, nunca podrá ser la misma experiencia anterior. Para bien o para mal, las experiencias son únicas e irrepetibles. La vida está en constante cambio, las células se renuevan constantemente, las personas también. Podemos permanecer inmóviles y creer que estamos estancados, pero seguiremos cambiando porque todo lo que nos rodea nos hace cambiar a cada segundo. Lo mismo es aplicable al resto de las personas, por mucho que las amemos u odiemos.

La próxima vez que sientas odio, piensa conscientemente sobre ello y dejarás de odiar. Si sientes que otros te odian, ten en cuenta dos variables:

  • Son los sentimientos de otras personas y tú eliges si los quieres o no en tu vida
  • Asegúrate de que no sea el reflejo de tu propio odio hacia esas personas. Busca en lo más profundo de tu alma y hallarás la respuesta.

Cuando todo se vuelva oscuro, cierra los ojos y te iluminarás.